El otro día me dí cuenta de una cosa muy curiosa. Estaba en una de las innumerables colas que tenemos que hacer ahora para todo.

 

La vida ha cambiado mucho en los últimos meses. Por eso, incluso para ir a la pastelería para darme un capricho tuve que hacer cola. El caso es que ahí estaba yo, con ganas de comprar unas palmeras en la pastelería de mi barrio. Trabajan de maravilla el hojaldre. Y pasar por su puerta es una tentación porque huele a gloria.

 

Así que ni corta ni perezosa me puse a esperar en la inevitable cola. Pero enseguida noté que me impacientaba. Empecé a pensar en todo lo que tenía que hacer y estuve a punto de irme.

 

En ese momento, me di cuenta de que pasar un buen rato mientras espero solo dependía de mí. Así que me relajé y aproveché para llamar a mi madre que hacía varios días que no hablábamos. La sensación que tengamos durante la espera también forma parte de la experiencia global. Así que hay que tratar de disfrutar cada momento al máximo.

 

En Dental Spa tratamos de que tus esperas no te impacienten. Por eso hemos creado un centro en el que te sientas cómoda. A gusto. Incluso esperando.

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