Hay días que nos cuesta menos tomar decisiones. Nos levantamos con energía y nos ponemos manos a la obra.

 

Como todo en la vida, hay decisiones fáciles de tomar, como ¿qué comemos hoy? En cambio hay otras que nos cuesta más. Es tentador dejar algunas decisiones para más adelante. Sobre todo en ciertos días en los que andamos más sobrepasadas.

 

Sin embargo, una vez que tomas la decisión tu cuerpo y tu mente descansan. Es como si te quitaras un peso de encima y te sientes liberada. Y te dices a ti misma: ya está, ya lo he resuelto.

 

Pues precisamente con esa sensación es con la que hay que quedarse. Cuando tengas que tomar decisiones y te dé pereza, recuerda esa sensación tan buena que tienes cuando ya está hecho. Y haz hincapié sobre todo en empezar por aquellas decisiones que te ayudan a sentirte mejor. Las que tienen que ver con cuidarte a ti misma.

 

Entre ellas puede que se encuentre esa revisión dental o la limpieza periódica. Ya sabes que vas a encontrarte a gusto y te va a dejar esa sensación única de boca cuidada.

 

¿Qué otras decisiones has tomado hoy que te han hecho sentir bien?

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