En algunas culturas se tiene la creencia de que tener los dientes separados es señal de riqueza, fertilidad o incluso suerte.

La realidad es bien distinta.

Los huecos pueden estar provocados por causas genéticas (hereditarias), por malos hábitos en la infancia (chupetes) o incluso por una enfermedad de las encías.

Aunque se les da menor importancia que a los dientes apiñados, la separación entre los dientes puede suponer una mayor propensión a tener caries.

También afecta al habla, al sistema respiratorio y a la masticación.

La solución es bien sencilla y pasa por ponerse  en manos de un profesional de la ortodoncia.

¿Habías oído hablar de esas creencias?

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